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"El corazón del árbol sabe hacia donde tiene que crecer".
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martes, 31 de mayo de 2022

Desde la noche del 30 de mayo del 1961, el 15 de junio es el momento más delicado para proteger la UASD del pueblo

Neo Carmona

 

Desde 1930 hasta 1961, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina se impuso como “el dueño” absoluto de la República Dominicana. Más de 31 años de una de las tiranías más sangrientas y represivas de toda América Latina, y la más atroz en la historia del país, acabarían la noche del 30 de mayo en la autopista por la que el sátrapa se dirigía hacia su natal San Cristóbal. El que hasta ese día fuera “El Jefe”, solo comparable con Dios en el imaginario del pueblo, era emboscado y acribillado a las 9:45 de la noche.

 

Amén de quienes puedan cuestionar el sentido patriótico de algunos de los conjurados por los vínculos que tenían con el tirano, así como las motivaciones personales que se atribuyen respecto de algunos, la Gesta del 30 de mayo del 1961 germinó, sin dudas, las semillas de la democracia y la libertad dominicanas; abrió a la historia concreta una nueva República.

 

El ajusticiamiento, junto a los importantes sucesos sociales que le siguieron, vistos, tanto individualmente como en conjunto, y estrechamente relacionados entre sí, en términos de la configuración, impacto, significación política y social para la nación, son los más determinantes de la historia contemporánea. Y, tal vez o sin tal vez, los de mayor influencia específica en la definición de la personalidad del dominicano, en el recorrido de nuestra cuarta República.

 

Estamos hablando, en efecto, primero, del fin de una dictadura que controlaba, en todos los sentidos, el país completo. Y, como no podía ser de otra manera, muerto Trujillo, también de la resistencia de su familia y el grupo de sus principales esbirros, con su hijo Ramfis a la cabeza, es decir de todos los remanentes militares, intelectuales y políticos de la tiranía, a dejar el poderío que habían acumulado durante tantos años; a aceptar que habían perdido el control del país del que se consideraban dueños.

 

La fuerza de un pueblo movilizado contra estos remanentes del trujillismo conquista incluso la autonomía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la legislación más avanzada hasta el presente de la educación superior, la ley 5778 de autonomía, fuero y 5% del presupuesto nacional para la academia. Además, se producen las primeras elecciones libres celebradas en el país luego de 30 años de oscurantismo democrático y se inicia el gobierno encabezado por el profesor Juan Bosch. Pero el sueño de un estado de derecho y libertades es truncado de inmediato por el golpe de estado y el Triunvirato en 1963. Fue derrotada la nueva Constitución y la democracia recién inaugurada, con tan solo siete meses en el poder. Se imponía nuevamente la oligarquía conservadora, la iglesia católica y sectores empresariales poderosos. 

 

El gobierno de facto se encontró inmediatamente con la oposición de la mayoría de la población. La respuesta se simboliza y expresa en la figura y el ejemplo de Manuel Aurelio Tavarez Justo, que pleno de heroísmo toma el camino del levantamiento armado contra el Triunvirato, marcando la historia de tal manera que las luchas del pueblo conducen a la insurrección armada de 1965, a la que sobrevendría la intervención militar imperialista de los Estados Unidos. Los Constitucionalistas pedían la vuelta a la Constitución del 63 y el retorno de Bosch al poder. 

 

La Universidad Autónoma de Santo Domingo, que también había comenzado a construir su destino democrático, encuentra en la insurrección popular armada de 1965 la oportunidad histórica de cristalizar sus anhelos de cambios y sepultar definitivamente la sumisión a la que estuvo doblegada durante tantos años por el trujillismo. Surgía entonces el Glorioso Movimiento Renovador Universitario que, en 1966, arrebataría la Universidad a los esbirros del trujillato y convertirían una academia de élite, de gente de apellido y con dinero, en una institución abierta, plural, democrática, participativa, inclusiva, del pueblo, para el pueblo y al servicio de los mejores intereses de la nación dominicana; siendo su voz, su conciencia y su ejemplo.

 

Había nacido una nueva Universidad Autónoma de Santo Domingo, rebelde y contestataria; hija legítima de la Guerra Patria de Abril del 1965. Y la que desde entonces no solo formaría a los hijos e hijas de este pueblo dominicano trabajador, sino que le acompañaría siempre en la defensa de la democracia, la libertad y su soberanía.

 

Estos valores adquiridos por la Universidad Primada de América configuraron su carácter para imponerse victoriosa a todos sus enemigos, ganar el reconocimiento pleno de su rol y compromiso sociales, así como de su misión educativa, convirtiéndola en el principal motor del desarrollo nacional y de la consolidación democrática dominicana.

 

Llegados a este punto, vemos que lo que está en juego en las elecciones del 15 de junio próximo de nuestra academia, es nada más y nada menos que la propia existencia de la UASD, tal y como la conocemos, como nos legó la Guerra Patria de Abril y el Glorioso Movimiento Renovador. Por lo que no podemos, bajo ningún concepto, negar la vocación académica de la UASD y entregar sus destinos a intereses mercantiles y usureros, a personas de comportamiento y formación cuestionados y que, por demás, son testaferros de poderes oscuros y representantes de los peores intereses del país.

 

La academia debe ser preservada para que siga siendo fuente de la luz y guía de la patria. Para continuar formando profesionales críticos y reflexivos, generadores de conocimientos e innovadores. Y la mejor forma de garantizar el futuro de nuestra UASD, es eligiendo como su rector al Doctor Jorge Asjana David, un auténtico académico, un profesional del prestigio y sin manchas, con el perfil y el equipo que necesita una universidad del siglo 21, obligada a seguir siendo el patrimonio cultural, educativo y social más importante de la República Dominicana.


El autor es servidor universitario

viernes, 13 de mayo de 2022

Son las 22:13











Simón ha tenido que irse.

Me he sentado en nuestra mesa preferida.

Y he elegido la cerveza que más me gusta:

     Paulaner, negra

como esa noche larga en la que nos

              perdimos.

Y en una copa grande,

                         como la ilusión de que vuelvas

       que nunca pierdo.

La música suena alta.

La gente murmura cosas que no me importan.

El último tramo de la noche, apenas se nota.

Y yo soy un recuerdo infinito sobre una ciudad muerta:


Tenía mucho que no mentía.


Y viví por una noche


en casa de mi madre.

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

Jorge Asjana y la reafirmación de la vocación histórica de San Francisco de Macorís en defensa del país y de la UASD


Neo Carmona


Si hay algo que caracteriza a San Francisco de Macorís es, sin lugar a dudas, la hospitalidad de sus gentes. Naturalmente, después de la valentía con la que este pueblo trabajador ha sabido defender siempre la dignidad, libertad y democracia de nuestra patria de cualquier poder, local o extranjero, que haya querido mancillarnos. No en vano, fue esta misma tierra la que le sirvió al patricio Ramón Matías Mella como punto de partida para propagar por todo el Cibao los ideales revolucionarios de La Trinitaria. Y, como no podía ser de otra manera, tan solo tres días después que en la Puerta de la Misericordia sonara el trabuco de la libertad y la dominicanidad, la juventud macorisana, a la cabeza del prócer Manuel María Castillo, marchaba por las calles y apresaba al jefe haitiano que comandaba indignamente la plaza.

Sería, también en San Francisco, donde en el año 1970 se establecería la primera extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. De esta forma, UASD, San Francisco de Macorís y lucha por la democracia, la libertad y los mejores intereses de la nación dominicana, se convirtieron en auténticos sinónimos.

Y, otra vez, es que no podía ser de otra manera, el San Francisco de gentes valientes y luchadoras, no sería  indiferente ante la encrucijada que se le presenta al principal patrimonio cultural y social con que cuenta la República Dominicana, nuestra UASD; el legado más auténtico de la Guerra Patria de Abril del 1965 y del Glorioso Movimiento Renovador del 1966, cuando en las elecciones del próximo 15 de junio tengamos que elegir entre el progreso, la modernidad, calidad, institucionalidad y la transparencia en el accionar público y privado que representa el doctor Jorge Asjana David quien, además, posee el más grande reconocimiento entre sus pares y maestros. O, por lo contrario, el atraso, el oscurantismo gerencial, académico, administrativo; y la improvisación como modelo de gestión que encarna el señor Beltrán.

Es así como el conjunto de la sociedad académica, científica, intelectual y cultural macorisana se unen a la avalancha de apoyos y abre sus puertas al doctor Asjana y a la Gran Alianza, estando plenamente conscientes de que encabeza la única propuesta que representa los ideales históricos que han hecho grande y legendario a San Francisco Macorís y nuestra UASD, y que la garantizan como una universidad abierta, plural, democrática, inclusiva y participativa. No solo en la que han creído sino más bien, por la que siempre han luchado con firmeza.

San Francisco continúa situándose del lado correcto de la historia, porque sabe que en las manos del doctor Asjana y su equipo, nuestra Universidad Primada de América no perecerá ni será nicho de negocios evidentemente ajenos a su función académica, o prebendas propias de grupos mafiosos.

Con el apoyo decidido y masivo de los líderes auténticos del Recinto de la UASD en San Francisco de Macorís, de su sociedad civil organizada y del pueblo macorisano, que entienden que no lograremos jamás la excelencia ni calidad si permitimos el contrasentido de poner la academia en manos divorciadas de la función docente, del concepto académico de la gerencia, de la institucionalidad y pulcritud que conlleva, el próximo rector de nuestra UASD, Jorge Asjana David, se consolida sin discusión alguna en su ascenso al principal puesto de dirección ejecutiva de la institución.

Pero más aún, San Francisco reafirma su vocación histórica de lucha y defensa de los mejores intereses del país y la UASD; un ejemplo de dignidad que nos confirma, una vez más, que con el doctor Jorge Asjana David, gana el país, gana la UASD, gana San Francisco de Macorís; ganamos todos y todas.

 

El autor es servidor universitario

miércoles, 4 de mayo de 2022

Inmortalidad


Un camino muerto sobre la hilera de flores anaranjadas 

inunda esta espera que jamás encuentra su muerte.

El día sucede sereno, apenas se mueven las ramas grisáceas 

en las copas de los árboles solitarios.

Unos pocos pajarillos sobrevuelan los tejados  

que sobreviven casi sin notarse.

La última vez que supe todo esto, era muy tarde,

había un gran vacío; tenía mucho frío y también miedo.

Ahora que no puedo reparar la noche que se quiebra

recorro mil veces ese camino muerto

buscando sin acierto

la última promesa que dios nos hizo.

 

Neo Carmona

.-