Neo Carmona
Hay dos características principales que definen por excelencia al gobierno del presidente Danilo Medina (también aplica a los gobiernos anteriores) y son, primero, su tendencia innata a seguir fiel a la corrupción de la que es fruto y, segundo, la impunidad con la que dirige el estado como el jefe de una familia de mafiosos de la peor calaña. El caso de Odebrecht es sólo una pequeña muestra de ello.
Gracias
a la investigación llevada a cabo por el Departamento de Justicia de los
Estados Unidos sabemos que nuestro país ocupa el puesto número tres de una red
de países que recibieron sobornos de Odebrecht por centenares de millones de dólares
para beneficiar a la constructora brasileña con contratos millonarios de mega
obras, las cuales, además, fueron sobreevaluadas en perjuicio del Estado y de
los contribuyentes.
Las
pruebas que evidencian la trama de corrupción son tan contundentes que el dueño
de la Odebrecht, Marcelo Odebrecht, guarda prisión en Brasil, su compañía ha
sido sancionada en Estados Unidos por miles de millones de dólares y para
evitar aún sanciones más drásticas, han tenido que ofrecer todos los detalles y
socios de la red corrupta tanto en Brasil como en los países socios de la
empresa como la República Dominicana.
Es
gracias a esto que sabemos que el señor Ángel Rondón Rijo, un canchanchan del
presidente Danilo Medina, fue la persona que, de acuerdo a la empresa, sirvió
de intermediario dominicano para repartir los 92 millones de dólares destinados
a sobornos de funcionarios del gobierno.
Muy
a pesar de que el gobierno dominicano posee toda las pruebas y sabe de sobra,
con nombres y apellidos, cuales son los implicados en estos robos masivos contra el
Estado.
Muy
a pesar de que las autoridades de Estados Unidos han colaborado con el Estado
para que pueda llegar aún más lejos estableciendo consecuencias, según declaraciones
del embajador Brewster.
Muy
a pesar de que, como dije antes, la empresa identifico a Rondón Rijo como el
hombre del maletín y que este señor ya tiene experiencias en estas andanzas
corruptas.
Muy
a pesar de que las autoridades saben qué hacer, donde ir, a quienes arrestar;
que villas, fincas y oficinas allanar, a quienes citar, que bienes incautar y
sobre todo a quienes arrestar.
Muy
a pesar de todo esto, empezando por el presidente Danilo Medina que nombró una
comisión de notables para investigar la licitación de la Planta de Punta
Catalina y hacerse el gracioso ante una opinión pública comprada. Y siguiendo
por el irresponsable procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez,
que sigue la línea de su jefe político, es decir el presidente, de
distraer y darle largas y largas al caso,
citar y citar y hablar y hablar hasta tanto desde el palacio se busque un
bajadero que garantice la impunidad de los implicados, el propio presidente
incluido pues una trama de corrupción tan grande es imposible que opere sin su
consentimiento y para su beneficio.
El
autor es estudiante y servidor universitario
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