Estos días finales en que ninguna
lluvia cae para aliviar la espera
y el silencio va, como la hiedra,
carcomiéndome de a poco.
Yo miro por la ventana y solo encuentro
motivos para saltar al precipicio
que se esconde detrás de estas palabras
mientras Lois Armstrong intenta
mostrarme el mundo maravilloso
que ahora no puedo ver,
pero en el que una vez
quise ser tan feliz,
ojalá contigo
pero sin este Yo lleno de miseria.
¡Si este fuera un poema que pudiera salvarme!
(No suspiro, clamo).
¡Si tuviera unos ojos menos tristes!
(No pido, busco).
¡Si fueran otras las terribles palabras!
(No quiero, necesito).
¡Si pudiera dejar de escribir ahora mismo,
pero esta vez, para siempre;
sin
esa necesidad infame de solo poder morir
un
poco!
Neo Carmona
.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario