ASODEMU: reseña histórica

Neo Carmona

Nuestra Asociación de Empleados Universitarios, ASODEMU, tuvo un tiempo de mucha gloria en que, como un verdadero instrumento de lucha por los trabajadores y en defensa de sus derechos y reivindicaciones, sus dirigentes jugaban el rol social que les correspondía, de acuerdo la confianza depositada en ellos por parte de los servidores universitarios.

Aunque yo no estuve en ese tiempo memorable de su historia, creo tener la conciencia suficiente para entender que la ASODEMU que tenemos hoy en día no es, en lo absoluto, ni siquiera la sombra de lo que fue y, peor aún, está muy lejos de enderezar su rumbo a un genuino ejercicio gremial en favor de sus afiliados.

Conforme la politiquería barata fue degradando la vida institucional de la academia, el gremio, naturalmente, no escapó a esa realidad en tanto grupos de poder, que ya empezaban a organizarse como verdaderas mafias,  se dieron cuenta de que corromper el sindicato era un paso necesario que les permitiría su libre accionar en perjuicio de la academia y en favor de sus intereses personales y políticos y grupales.

Del mismo modo, la dirigencia gremial percibió que el contubernio en pro de estas mafias era el medio por excelencia para el ascenso y progreso dentro de la estructura administrativa de la institución. Esto a través de prebendas y canonjías a cambio de apadrinar acciones contrarias naturaleza y razón de ser de la ASODEMU.

Así, año tras año, gestión tras gestión, pacto oculto tras pacto oculto, llegamos a la entelequia de ASODEMU que tenemos hoy, dirigida por el poder político corrupto a través de testaferros, caricaturas de dirigentes sin ningún compromiso ni formación social, sin escrúpulos, sin criterio de clases y sin vergüenza.

Imposible sería no precisar que toda esta barbarie no hubiese sido posible sin el concurso entusiasta de autoridades de la academia quienes también obtuvieron sus beneficios de este proceso de compra y venta que ha hecho colapsar la institucionalidad y la propia legalidad del gremio y sus directivos.

Hoy, ASODEMU es una sigla que solo sirve para repartir beneficios entre unos pocos y para garantizar la impunidad al poder político nefasto que patrocina, sin ningún pudor, la corrupción y destrucción de lo que bien pudo haber sido un auténtico baluarte en defensa de la dignidad y derecho de cada uasdiano. 

Dentro de esa jauría perversa, clientelista, corrupta y, por que no, miserable, no tiene cabida la dignidad de los empleados universitarios, cuya preservación debería ser el norte a seguir de sus dirigentes.

El autor es estudiante y servidor universitario

x