Neo Carmona
Han pasado más de 30 años desde el primer puesto de carácter y naturaleza académica que ocupó en la gerencia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) el doctor Jorge Asjana David, Coordinador General del Internado de Medicina. Este sería el inicio de una carrera de servicio institucional en favor de la misión educativa de la UASD que le llevaría, escalafón por escalafón, hasta el máximo puesto en la gestión de los asuntos docentes, Vicerrector.
No voy a entrar en detalles de los muchos logros del doctor Asjana en cada una de las funciones que ha desempeñado. Baste decir que, en cada puesto ocupado, pueden exhibirse los más importantes avances en beneficio de la educación superior pública de calidad y de vanguardia, la sociedad dominicana, la Universidad Primada de América y de la familia universitaria en sentido general. Agréguese a esto su distintivo sello de excelencia, honestidad, respeto, institucionalidad, así como manejo pulcro y eficiente de los recursos.
Poco menos de 50 años de labor docente (inició como monitor de la cátedra de Anatomía Humana en 1979 y hoy en día es profesor titular). Y más de 30 en la administración académica, además de su extraordinaria trayectoria como uno de los mejores profesionales de la medicina y la cirugía dominicanas, lo que le ha hecho merecedor del más amplio reconocimiento entre sus pares y de la comunidad académica nacional e internacional, han sentado las bases que califican Jorge Asjana no solo en la mejor opción para dirigir la UASD por senderos de eficiencia y pertinencia al servicio exclusivo de los mejores intereses del pueblo dominicano, sino también que lo han convertido en el principal líder académico de su generación.
Esto demuestra que, aunque haya quienes piensen que de la nada cualquiera puede venir dirigir la universidad del Estado, lo cierto es que es la misma institución la que va, con el transcurrir de los años y el agotamiento de los procesos gerenciales [y políticos] preparando a sus propios gerentes. Naturalmente, en la medida en que estos también se vayan preparando y agotando sus propios procesos para dirigirla.
No hace falta ir muy lejos en la historia política uasdiana para encontrarnos con ejemplos de a quienes, sin menoscabo de alguna que otra cualidad, una coyuntura muy particular les premió con un puesto del primer nivel en la estructura de gobernanza universitaria y que, al dar el asado paso a la rectoría, se encontraron con la cruda realidad de un Claustro que no halló esos requerimientos para validarlos. Y, como estamos en la UASD, también tenemos a quienes han querido empezar por la rectoría. De más está decir que el resultado ha sido el mismo.
Por largo más de una década trabajando con Asjana, siendo parte estructural de su proyecto político a la rectoría de la academia, recorriendo junto él toda la geografía nacional, compartiendo con la familia universitaria y la sociedad su visión comprometida con una mejor universidad, nos han permitido ser testigo de primera mano de cómo esa visión se ha ido conectando con la conciencia colectiva del profesorado, las principales fuerzas políticas universitarias, los líderes administrativos y estudiantiles, así como con el liderazgo empresarial y productivo nacional, hasta convertirlo, hoy por hoy, en el rector de la UASD del 2026.
Y es que, el doctor Jorge Asjana David no es un improvisado ni representa un colectivo que busca el poder como forma de conseguir beneficios particulares. Asjana es un hijo de la UASD que se ha preparado por más de 50 años para dirigirla y que, en esa misma dirección, se ha dejado preparar por la UASD para servirle con dignidad. Y, en esa misión, le acompañamos un grupo de hombres y mujeres a los que Jorge Asjana nos ha venido formando para acompañarle y no defraudar la confianza del mejor patrimonio del pueblo dominicano depositado en su legado de trabajo, nuestra UASD.
Con su visión clara y una experiencia acumulada a lo largo de décadas, Asjana no solo es una opción válida, sino la mejor para liderar el futuro de la UASD. Su capacidad para transformar la universidad, mejorar la calidad educativa y fortalecer la institución como un referente regional en educación superior lo convierten en el líder que la UASD necesita en este momento crucial.
El autor es servidor universitario
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