Neo Carmona
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Doctor Jorge Asjana David |
Nadie que conozca la idiosincrasia de la política que se vive en la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) puede darse el lujo de afirmar que
la campaña a la rectoría y demás puestos electivos, ahora con un estatuto orgánico
que prohíbe la reelección a todos los niveles, ha iniciado con dos años de anticipación.
En la UASD, la campaña electoral a los diferentes puestos inició tan
pronto se conocieron los ganadores y perdedores de las elecciones pasadas e
independientemente de los resultados, esta ya estaba montada.
Lo que estamos viendo ahora no es una campaña que inicia sino una campaña
que va por mitad de camino y que debe obligar necesariamente a la comunidad académica
a una reflexión seria sobre los/as diferentes candidatos/as, sus perfiles académicos
y gerenciales, el equipo de hombres y mujeres que le han de acompañar en la conducción
de la institución, sus trayectorias de servicio dentro y fuera de la
universidad, así como sus propuestas y proyectos en favor de la UASD y del
sistema de educación superior dominicano de manera que el profesorado pueda
analizar con tiempo estos elementos y elegir la mejor opción para dirigir los
destinos de este patrimonio del pueblo dominicano que es nuestra Alma Mater; el
cual vive amenazado no solo por sectores externos sino también por núcleos
internos a los que solo les interesa su bienestar económico y personal.
La rectoría del 2018 no debe imponerse en base al dinero, al
clientelismo, a prebendas y canonjías, a la compra de conciencia, a favores políticos
y económicos, y al desmantelamiento de la institucionalidad de la Universidad
Primada de América. Sino que debe ser, obligatoriamente y por el bien de
esta academia, fruto del consenso de los/as académicos/as y fuerzas
universitarias sensatas de que para preservar el futuro de la UASD se necesita
un liderazgo serio, genuino y responsable, comprometido con la institución y su funcionamiento correcto en favor de la
sociedad dominicana.
Sobre todo, necesitamos un liderazgo eminentemente académico, no
político y mercantil.
Empecemos el debate, que el 2018 está a la vuelta de la esquina y el
diablo nunca duerme.
El autor es estudiante y servidor universitario